viernes, 10 de julio de 2009

IMPRUDENCIA EN LAS VÍAS


Un domingo 25 de noviembre del 2007, recibí una llamada a las 8 AM. Andrea, una amiga, me llamó para decirme una noticia, verdaderamente, aterradora. Karen Yépez, amiga de nuestra promoción, tuvo un trágico accidente del cual no pudo salir viva. Cuando escuché que ella había muerto, no pude creerlo. Pensé que era una pesadilla y tenía ganas de levantarme y salir corriendo. La noticia no acabo ahí, pues Andrea me dijo que el hermano de Karen también murió, pues era él quien manejaba. En ese momento colgué con Andrea e, inmediatamente, llame a una de las mejores amigas de Karen: Maisa. Quién me contesto el teléfono a la primera y le pregunté: “¿Maisa, es verdad que Karen y su hermano tuvieron un accidente y murieron?”, Maisa me dijo: “Sí”. En ese momento se me llenaron los ojos de lágrimas, era una noticia demasiado fuerte para mí. Le pregunté dónde la iban a velar, me dijo que no sabía nada y que me iba a devolver la llamada. Desperté a mis papás y les dije la noticia en voz alta y fuerte para que entendiera de una vez que esto no era ninguna pesadilla. Mis papás se levantaron aturdidos por la noticia y me preguntaron como así se accidentaron. Yo les respondí y no pude contener las lágrimas. Me puse a llorar sin parar en los brazos de mis papás.
Karen no era una de mis mejores amigas, pero si era una amiga a la cual le podía contar cosas mías y ella, también, a mí. Nos encontrábamos en la universidad y nos sentábamos a fumar un cigarro, mientras nos matábamos de risa por algún chisme que habíamos escuchado. Así hubiese sido o no una de mis mejores amigas, te choca la noticia de que por un accidente una persona de tu misma edad, que tiene toda una vida por delante, muera en el momento menos pensado. En el velorio me iba enterando de algunas cosas, como por ejemplo, Karen y Diego no fueron las únicas víctimas del accidente. Había tres chicas más en la parte trasera del carro. Una de ellas murió, la otra casi queda paralítica y la última chica quedo un tiempo en estado de coma. Todo este accidente, fue producido porque un joven irresponsable se le ocurrió pasarse de tragos y conducir su carro en estado etílico. Un acto muy irresponsable que costó la vida de 3 personas inocentes. Muchas familias y distintas personas sufrieron por este trágico accidente, sobre todo los papás de Karen y Diego, ya que perdieron a sus dos hijos de sus tres hijos en menos de 5 minutos. No tenemos que pensar que la vida es un juego, hay que tomar conciencia y no solo pensar en nosotros, si no en las personas que pueden salir afectadas por algún acto imprudente que cometamos en un descuido. Tenemos que ser precavidos.


¡LO QUE OCASIONA MANEJAR CON IMPRUDENCIA!

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